𝐄𝐥 𝐩𝐚𝐠𝐨 𝐋𝐚 𝐋𝐨𝐦𝐚 (𝐑𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐃𝐮𝐞𝐫𝐨) 𝐚𝐥𝐮𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐃𝐨𝐛𝐥𝐞 𝐌 𝟐𝟎𝟐𝟎, 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐜𝐞𝐥𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐨𝐦𝐢𝐧𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐂𝐚𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚.

Dominio de Calogía, fiel a su filosofía de vinificación por parajes, lanza Doble M, proveniente del pago La Loma. La viña se sitúa a 830 metros de altitud, en pleno corazón de la Ribera del Duero burgalesa. Las cepas, de 25 años, se asientan sobre suelos de arcilla, con una parte más arenosa y de canto rodado. Esa singular estratigrafía aporta elegancia y finura a un tinto en el que predominan la sutileza y la expresividad.

Dominio de Calogía es un proyecto liderado por José Manuel Pérez Ovejas. Doble M tiene un significado especial: son las iniciales de Manuela y Mauro, los hijos de José Manuel Pérez y Silvia Ortega. Representa una mirada al futuro de Dominio de Calogía, una forma de otorgar continuidad a su tradición y dedicación.

Doble M 2020 fue embotellado en marzo de 2022, después de permanecer 12 meses en barrica francesa Allier. La producción, muy contenida, sólo consta de 14.856 botellas de 75 cl. Se comercializará exclusivamente mediante cupos, como otros vinos de la bodega.

“Se trata de un viñedo muy diferente a los que le rodean. Decidimos vinificar sus uvas por separado para intentar visualizar su profundidad y hondura”, afirma José Manuel Pérez Ovejas, enólogo y director de la bodega. “Madura unos días más tarde precisamente por su orientación norte y por su tierra menos fértil. También por este motivo, las de La Loma son las últimas uvas que entran en bodega. Siempre queremos hacer el mejor vino, pero para ello hay que tener paciencia y aplicar el sentido común con el propósito de conseguir el equilibrio ideal. Da muy poca producción, pero lo que podría parecer un defecto contribuye a la búsqueda de la excelencia que identifica a cada uno de los vinos de este proyecto”.

La añada 2020 se caracteriza por su frescura, lo que confiere al Doble M un perfil muy atlántico y le permite exhibir un equilibrio ideal y una exquisita armonía. El estilo que identifica a todos los vinos de Dominio de Calogía aprovecha en este caso la propia personalidad que este paraje le aporta al vino, dotándole de una previsible longevidad. Su compensada acidez y mineralidad ponen de relieve la singularidad y diferenciación que se pretende a la hora de elaborar, gracias a una vinificación muy poco intervencionista. La respetuosa y racional viticultura que se practica en La Loma permitió llevar a cabo una óptima interpretación del terruño de procedencia, con la intención de que su impronta quede reflejada en el vino.

Dominio de Calogía Doble M coincide con los cinco años del nacimiento de la firma. Refleja la autoexigencia de esta bodega en la elaboración de vinos de parcela. Como Calogía y Cuvée S, se ciñe a los ambiciosos objetivos de la marca.